lunes, 20 de agosto de 2012

Hécate


Porque soy la primera y la última soy aquella que recibe los honores y la que es despreciada.

Soy la prostituta y la santa.

Soy la esposa y la virgen.

Soy la madre y la hija.

Soy el miembro de mi madre.

Soy la que es estéril y muchos son sus hijos.

Soy la que posee unas grandes nupcias y no ha tomado marido.

Soy la comadrona y aquella que no da a luz.

Soy el alivio de mis dolores.

Soy la esposa y el esposo y es mi marido quien me trajo al mundo.

Soy la madre de mi padre y la hermana de mi marido y él es mi progenie.

Escuchadme
Soy aquella que ha caído en desgracia y la que es grande.



La autoafirmación


Es estar segura de mi misma, de mis ideas, poderes y habilidades, lo cual implica conocerme y conocerlos, y saber expresar lo positivo que hay en cada momento de la vida.

Expresar y hacer patente con normalidad mis valores, mis capacidades, mi identidad.

Reconocer mis miedos, mis culpas.

Respetar mis deseos, necesidades y valores.

Buscar formas de expresión adecuada.

Es la disposición a valerme por mí misma, aún a sabiendas de que habrá momentos en que necesite de ayuda, de apoyo, de consuelo, etc.,

Es ser quien soy abiertamente, a tratarme y que me traten con respeto en todas las relaciones.

Saber decir no.

Saber hacer peticiones.

Saber expresar mis emociones tanto positivas como negativas adecuadamente.

Saber sentir, reconocer, y aceptar, tanto las emociones negativas como las positivas.

Saber hacer críticas constructivas.

Saber recibir críticas sin que me afecten intrisivamente a lo que soy, a lo que valgo, y que las críticas me sirvan para crecer y madurar, haciéndome cargo de mis decisiones, y aptitudes.

Saber expresar y defender mis opiniones adecuadamente.

Saber negociar, llegar a acuerdos o pactos.

Saber defenderme y protegerme de la hostilidad.

Saber defender mis derechos.

No convertirme en un disco rayado, o en una sabelotodo.

Reconocer la verdad o posible verdad que hay contenida en las criticas que recibimos,”sin negarla o defendernos” sin necesidad de pedir perdón, humillarnos o justificarnos por ello.

Reconoce la parte de verdad que existe en lo que nos dice la otra persona que supuestamente intenta manipularnos y a pesar de ello mantenemos nuestra postura.

Texto original de: Mª Asun Contreras




¿Qué verdad debo afrontar?


Sé que mi vida tuvo su principio y tendrá su final, para el cual me tengo que preparar.

Que las cosas nunca han sido, soy, ni serán como a mí me gustaría, pero por eso no dejan de ser maravillosas y perfectas en sí mismas.

Que todo cambia, y nada, ni nadie permanecerá conmigo, más que yo mismas.

Que me esperan nuevos y desafiante reto de los que no soy consciente, pero los afrontare con mi mejor voluntad, y actitud.

Que mi cuerpo envejece, que mis capacidades físicas irán disminuyendo y mis capacidades intuitivas (sabias y salvajes) aumentaran.

Que tengo unos miedos que debo enfrentar, y afrontar.

Que perder es parte de la vida y ésta quita unas cosas (personas) y da otras.

Que tengo apegos y me costara desapegarme de ellos cuando me llegue el momento.

Que he hecho un largo camino y no soy la que era, ni tampoco seré la que soy, pero si seré capaz de reconocerme en todas ellas.

Que la vida no es justa, solo es vida y como vida que es, la vivo, la disfruto, la gozo, y la sufro y no pierdo ni mi tiempo, ni mi energía pidiendo justicia porque ella no sabe qué es eso, como me pasa a mí. Lo que sí pido es humanidad, empatía, porque a veces me es difícil encontrar.

Que los consejos no sirven, solo sirve lo que experimentas con todos tus sentidos y con toda tu consciencia.

Que he cometido muchos errores y que seguiré cometiendo muchos más, pero este es el precio que pagamos para alcanzar la plenitud (la totalidad) y es a esto a lo que he venido a este mundo.

Que tendré que afrontar mucha más verdades y algunas no me agradaran, o no estaré preparada, pero por eso no dejaran de ser verdades.

Que he sufrido y sufriré, me he sentido impotente y me sentiré impotente, que he llorado y llorare, me he enojado y me enojare, que me he levantado y me lamentare, que me he caído y me caeré y me caeré, más eso no será lo que importe, sino que es lo que he aprendido y lo que aprenderé.

Que a veces me he tropezado, me tropiezo, y me tropezare con personas que me juzgan con severidad, con otras que no me proporcionan ni apoyo, ni consuelo, son bordes y desconsideradas, más eso no me hace desconfiar de todas las personas.

Que a todos nos resuelta muy fácil juzgar y no tanto ser juzgados.

Que si yo estoy abierta, y dispuesta, en cualquier lugar y circunstancias encuentro a grandes persona a que me bride su mano.

Que cuando tengo fe y creo en mi, en la vida, en las personas, siempre se abre una puerta, aunque no sea ni como, ni cuando yo lo esperaba.

Que la vida me sorprende constantemente y que a veces me parece anodina y monótona y de repente me sacude llevándome a mi cielo, y paraíso o a mis infiernos.

Que sin mis grandes amigos me costaría afrontar la vida.

Que me he sentido y me sentiré sola, abandonada, como si no tuviera un lugar, ni un sitio, más solo son las alucinaciones de mi mente.

Que mi mente me ha pintado y me pintara y me hará creer las mayores calamidades y sufrimientos.

Que para tener perspectiva necesito de espacio y de tiempo.

Texto original de: Mª Asun Contreras




¿Qué es lo que he aprendido de la vida?


He aprendido a valorarme, a tener una mejor y mayor autoestima.

He aprendido a no culpar, ni culparme, ni sentir lástima de mi misma.

He aprendido que no siempre es suficiente ser perdonado por los demás. A veces tienes que aprender a perdonarte a ti mismo, y también yo perdonar a los demás.

He aprendido que el dolor, la ira, la culpa, la frustración, el enojo, la tristeza, la impotencia, la crítica, el rencor, el resentimiento, la venganza, el miedo, …etc. no son buenos consejeros si no sabes cómo mirarlos.

He aprendido que el amor, la serenidad, la paciencia, la confianza, la intuición, la amistad, la templanza, la paz interior me hacen sentirme bien.

He aprendido a preguntarme si soy feliz y cuanto más me lo pregunto más feliz soy.

He aprendido a ver las oportunidades donde antes veía los problemas.

He aprendido que mi vulnerabilidad es mi fortaleza.

He aprendido a vivir con mis inseguridades, mis miedos, mis errores,…etc.

He aprendido que ser bondadosa, ya que es más importante que tener la razón.

He aprendido que cuando planeo vengarme de alguien, estoy dejando que esa persona continúe hiriéndome.

He aprendido que no puedo decidir cómo me siento, pero si puedo decidir qué voy a hacer al respecto.

He aprendido que soy responsable de lo que hago, no importa cómo me sienta.

He aprendido que si no controlo mi actitud, ella me controlará a mí.

He aprendido que cuando estoy enojada, aunque tenga derecho para estarlo, eso no me da el derecho a ser cruel, ni a herir a los demás.

He aprendido que mi pasado y mis circunstancias pueden haber influenciado en quien soy, pero soy responsable por ser quién soy.

He aprendido que siempre existen tres enfoques en cada historia: mi verdad, tu verdad, y la verdad.

He aprendido que me va a tomar mucho tiempo llegar a ser la persona que quiero ser.

He aprendido que es más fácil reaccionar que pensar.

He aprendido que puedo hacer muchas más cosas de las que creo poder hacer.

He aprendido que no importan las circunstancias, lo importante es como interpreto MIS circunstancias y para ello necesito perspectiva y distancia.

He aprendido que requiere años desarrollar la confianza, y un segundo destruirla.

He aprendido que dos personas pueden observar la misma cosa, y ver algo totalmente diferente.

He aprendido que puedo escribir y hablar de mis sentimientos, para aliviar mi dolor.

He aprendido que el único momento valioso es: Ahora.

He aprendido que no importa si mi corazón está herido, el mundo sigue girando.

He aprendido a confiar en la vida, aunque esta siempre me pone a prueba, ya que para eso estoy aquí.

He aprendido a ser paciente y tolerante conmigo y con los demás.

He aprendido a rebajar mi grado de exigencia.

He aprendido que lo que verdaderamente cuenta en mi vida, no son las cosas que tengo alrededor sino las personas.

He aprendido que hay cosas que puedo hacer en un instante que ocasionan dolor durante toda la vida.

He aprendido que la madurez tiene más que ver con las experiencias que he tenido y aquello que he aprendido de ellas, no con el número de años cumplidos.

He aprendido que la verdadera amistad, y el verdadero amor, continúan creciendo a pesar…

He aprendido que no puedo compararme con lo mejor que hacen los demás, sino con lo mejor que puedo hacer yo.

He aprendido que necesito ser flexible ya que así me adapto mejor.

He aprendido a que no hay reglas de oro.

He aprendido hacer lo mejor que puedo con lo que soy y tengo.

He aprendido a que la vida no es sencilla y que es sencilla, que la vida es contradictoria.

He aprendido a soñar y alcanzar mis sueños y nunca dejare que mis temores fueran, ni sean más grandes que mis ilusiones, ni que el amor por el desamor.

He aprendido que cada persona está en su propio nivel de desarrollo.

He aprendido a dar gracias por lo que soy, por quién soy y como soy, y a todas las personas que me ha acompañado y me a acompañaran en este viaje.

He aprendido que una mirada, una sonrisa, una caricia, una puesta de sol, ver jugar a los niños o a unos cachorritos, un paisaje, el murmullo de un rio, las olas del mar, el olor a salitre, a hierba cortada, a la tierra mojada, el canto de los pájaros, la música, el baile, una buena comida, un buen vino, una buena compañía, etc. Esas son las cosas por las que la vida vale, todo lo pequeño e insignificante que no se puede ni comprar ni vender.

Todo esto es lo que he aprendido y seguro que hay más, pero lo he olvidado, para que esta vez no se me olvide en mi corazón lo voy a guardarlo.

Texto original de: Mª Asun Contreras




domingo, 19 de agosto de 2012

Plegaria a Hécate


Tres señoras guardan mi vida una son tres y tres son una doncella, madre y hechicera dueña de las tres lunas.
Tú, que enseñas sabiduría.
Tú, que recoges la siembra.
Tú, que eres dueña de vida.
Tu, que en las noches más oscuras brillas entre tinieblas.
!OH, Hécate de luz divina!
!OH, consejera, protectora y reina
Hónrame con tu presencia déjame brindarte honor.
Mi visita cada luna nueva para compartir contigo mi amor.

Artemisaille


El cultivo de Hécate

Me enseña y me dice:

Que cree y me recree en situaciones, ritmos, experiencias,…

Que tenga espacio y tiempo para mí.

Que me cree metas, objetivos, desafíos,…

Que me forme, que aprenda, y comparta.

Que celebrar los objetivos, los logros, las metas,… alcanzados y que me aproveche de la experiencia de lo vivido.

Que cree y sacralizar mis propios ritos para armonizarme con el ritmo natural de mi vida y de la naturaleza.

Que sea consciente de lo que sé y de lo que es la verdad.

Que poseo verdaderas habilidades que he desarrollado, desarrollo y desarrollare desde mi madurez y mi experiencia.

Que respete y aprecie a quienes me han enseñado y me enseñan y han compartido y comparten sus conocimientos y experiencias.

Que honrar la sabiduría y experiencia de los mayores, así como el instinto puro e innato de los niños.

Que autoregule mis emociones y estados de ánimo para estar en contacto con la bondad y el AMOR INCODIONAL A TODO SER VIVO.

Que trabajando con migo mismas contribuyo a mi salud y bienestar.

Que la autoafirmación personal y las experiencias de mi vida, es parte del desarrollo de mi conciencia y consciencia y da sentido al universo que conozco y al papel que juego en él.

Que cree y me recree en las situaciones cotidianas para que me traigan bienestar, salud, armonía y equilibrio ya que este es un acto de poder, belleza y coraje.

Que aprender a envejecer para valorar sus bondades.

Que con cada muerte (perdida) aprendo a transformarme y trasformar mis miedos, mis inseguridades y mi forma de ver y de vivir mi vida.

Que escuche mi voz interior que me enseña que tengo que protegerme y cuidarme, y me brinda consejos y sabiduría. Mi voz interior es mi camino.

Que tengo que descubrir los aspectos que existen y están en mi sombra, para abrazándolos hasta hacerme una con ella, y así saber el cambio, o el camino que me piden.

Para todas las mujeres que en algún momento han llegado y llegaran a la menopausia aprendamos:
A vivir las oleadas de calor como oleadas de poder.

Para celebrarlo os propongo que cantemos:

Somos mujeres viejas.
Somos las nuevas mujeres.
Somos las mismas mujeres más sabias que ante.

Texto Mª Asun Contreras