Mi propósito para este próximo año son varios o es uno complejo.
Mi propia autoafirmación, que tiene que ver con quien soy, con el legado
que me otorgaron, con los dones con los que viene.
Mi autoconocimiento, que más que autoconocerme tiene que ver con autoreconocerme
o no olvidar mis propia cualidades y valores.
Todo esto me lleva a revisar y cuestionarme mis valores, mis creencias.
Para yo tener una sensación de plenitud y de felicidad tengo que ser
coherente, saber, ver y reconocer mi legado, que me otorgaron y que he hecho yo
son eso, o cual va ser mi aportación a la humanidad, o más cercano a las
personas que me quieren y que yo quiero.
Los propósitos tienen que apasionar, hacerte cosquillas en las entrañas,
esta es la sensación que me motiva a levantarme cada mañana.
Como todo en la vida esto requiere unas responsabilidades y no siempre las
manejo con comodidad.
No todas las relaciones que tengo con las personas que me rodean son
cómodas, este es el reto y desafío de la vida, el que me hace crecer y ser lo
que soy, ya que sin esos obstáculos no sería la que soy, ni estaría donde
estoy, ni con las personas que estoy.
Por último y no menos importante los valores. Desde que era pequeña me he
dado cuenta que yo tenía mi propia escala de valores, diferente a la que me
impartían, era algo que me salía de dentro y que sorprendía a mis padres.
La vida sigue y olvidamos de donde partimos, a mi una película me ha
hecho preguntarme ¿Cuál ha sido y es mi legado? O dicho de otra manera que
traje yo a este mundo que es intrínsecamente de mí ser.
Por eso lo de revisar y cuestionarme mis valores y creencias, para así
llegar a mi pura esencia, a mi puro ser.