domingo, 29 de enero de 2012

Vacios interiores

Mis vacios interiores los he llenado de muchas maneras por ejemplo con comida, dulces, alcohol, cigarros, o con actividades como ver la televisión, navegar por internet, jugar con el ordenador, salir de compras, hablar por teléfono o mandar correos electrónicos. Esto no significa que siempre que realizo estas actividades tenga un vacio interior.

Existe sola una forma de llenar el vacío interno y es con mí amor, ya que la única causa que origina la sensación de mi vacío interno es la falta de amor hacia mí misma, el auto-abandono y la baja autoestima.

Mi vacío surge cuando pongo más empeño en vivir para afuera (la opión de los demás), cuando no acepto los acontecimientos de la vida, cuando culpabilizo a los demás para no hacerme cargo y responsabilizarme, cuando me abandono.

En la realidad el vacio tiene dos aspectos, el negativo que es la nada, y lo positivo que es todo. La nada se puede llenar, el todo esta lleno. Sin embargo, en la nada se encuentra el germen potencial del todo, porque se necesita llegar a tocar fondo para animarse a volver a empezar.

Lo único que a mí me reconcilia con la vida es ser yo mismas, hacer realidad la persona que quiero ser y apasionarme con mi propio proyecto, comprometiéndome con mi actitud positiva hacia la vida, de absoluta entrega y aceptación, y la disposición necesaria para cumplir mi propio destino.

He desarrollar esta actitud buceando en mi interior.

Esta es una tarea que todos nos debemos a nosotros mismos, que no podemos eludir si no deseamos sentir vacío existencial.

Tenemos que rescatar lo esencial de nosotros mismos, porque es lo que permanece siempre y no cambia y lo que nos permite reconocernos a través del tiempo.

Texto original de: Mª Asun Contreras